Historia del lacrosse


El lacrosse fue inventado por los franceses fijándose en las guerras de Canadá, en este país cuando había guerras, los canadienses cogían los crosses y lanzaban piedras con los palos. Esas piedras tiradas con los crosses vuelan a una velocidad increíble, al igual que en el juego del lacrosse.
El lacrosse moderno ha sido testigo de grandes modificaciones desde sus orígenes alrededor del 1400, pero muchos aspectos del deporte siguen siendo los mismos. En la versión nativa, cada equipo estaba compuesto por más de 100 valientes en una cancha que medía entre 500 yardas y media milla. En vez de goles tradicionales, donde la pelota tiene que pasar por postes que forman un arco, muchos equipos usaban una gran roca o un árbol a modo de arco. Debían estrellar la pelota, hecha de piel de ciervo, contra el arco previamente designado para poder anotar un gol. Esta clase de encuentros duraban desde la salida del sol hasta el anochecer, entre dos o tres días. Se jugaba para decidir disputas existentes entre las tribus y también para preparar soldados fuertes y valientes en caso de que se presenten combates en el futuro.
Este deporte obtuvo notoriedad en el oeste cuando un misionario jesuita llamado Jean de Brebeuf observó a los indios Hurones jugarlo alrededor del 1600. Para el 1800, el lacrosse evolucionó y, al ser adoptado por los franceses, la violencia en el juego disminuyó notoriamente. En 1867, W . George Beers, un dentista canadiense, modificó el juego. Por ejemplo, acortó la duración de cada partido y redujo el número de jugadores a diez por equipo. Para el 1900, colegios secundarios, universidades y las Olimpíadas comenzaron a jugar lacrosse

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